Japón le mostró a Córdoba mucho más que tecnología

Jóvenes empresarios se capacitaron en el país oriental sobre cultura organizacional. Diversidad, equidad, inclusión y respeto son los principios rectores con que se encontraron

Córdoba - Provinciales24 de abril de 2024Redacción diario El ManiseroRedacción diario El Manisero
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Siete directivos y líderes empresariales de Córdoba viajaron becados a Osaka, Japón, con el apoyo de la Agencia Competitividad Córdoba (AC). Se trata de Juan Pablo Scavolini, de Map S.A.; Mauricio Giletta, de Akron S.A; Pedro Arnoletto, de Cheapsun; Madelaine Montagner, de Industrias Cormetal S.A.; Fernando Ascanelli, de Ascanelli S.A.; Martín González, del Centro Tecnológico Agropecuario S.A. y José Rolón Bustos, de Corrugadora Centro S.A.

Fueron parte del Program on Organizational Revitalization for Latin America (LAOR), que tiene por objetivo conocer ejemplos de empresas japonesas que han logrado incorporar una filosofía de gestión e implementar iniciativas de desarrollo organizacional. 

La idea es ayudar a los becarios a reconocer su propio papel de liderazgo en la revitalización de sus organizaciones, mejorar la productividad y desarrollar planes de acción específicos.

Entre otros aspectos, pudieron asomarse a los procesos de creación de valor de una de las economías más desarrolladas del mundo y comprobar que no se basa sólo en desarrollos tecnológicos o teorías productivas, sino que también se cimenta en principios filosóficos y morales como el respeto, la inclusión o la felicidad como objetivo empresarial.

 “La base de su cultura organizacional es lo que denominan Sanpo Yoshi, que puede ser traducido como ‘Enfoque de victoria tripartita, Satisfacción tripartita o Triple victoria’, que garantiza que cada transacción sea equitativa, es decir que genere beneficios para todas las partes involucradas, más allá del interés propio”, explica Juan Scavolini, quien se detiene sobre este concepto.

 “Este triple enfoque incluye Urite Yoshi, que garantiza resultados favorables para el vendedor, en este caso la empresa e incluye a los trabajadores; Kaite Yoshi, que cultiva circunstancias ventajosas para el comprador; y Seken Yoshi, es decir bueno para el mundo, ya que busca difundir el impacto positivo en toda la sociedad”, agrega.

“La visión empresaria japonesa considera que el futuro no pasa sólo por lo que pueda aportar la robotización o la inteligencia artificial, sino que es fundamental adoptar modelos de mejora continua, impregnados de su filosofía, su cultura y que ve a la gente como valor fundamental de esa trasformación”, destaca Madelaine Montagner.

La parte teórica de la beca, que no es vista como enseñanza sino como “entrenamiento”, se complementó con visitas a diferentes industrias en Osaka, sede del taller. 

Es así como pudieron ver en funcionamiento empresas muy variadas, desde las que cuentan con unas decenas de trabajadores hasta otras que tienen cientos de miles en todo el mundo. Sin embargo, pese a las diferencias, hay elementos en común. 

“Ven a la empresa como un ente orgánico, en permanente adaptación y eso se constata en la cantidad de empresas longevas que tienen, que superaron desde fenómenos hasta la devastación de la guerra y siguen en pie creciendo y desarrollándose. Se plantean como meta una mejora continua que se da paso a paso, día a día”, agrega Montagner. 

 
Diversidad e inclusión

Otro de los fundamentos de la cultura empresarial que destacan los becarios es la importancia que le dan a principios como diversidad, inclusión, respeto para el medio ambiente y que las decisiones en los negocios, y en la vida, deben basarse en la justicia y la moralidad, en lugar de sólo en la rentabilidad. 

“Hay un gran respeto por el individuo: el respeto por cada persona, creyendo que esto conduce a relaciones de trabajo productivas y respetuosas y eso implica reconocer y promover la diversidad y fomentar la inclusión de todos más allá del género, edad, origen, ideología o jerarquía”, detalla Scavolini.

En tal sentido, Madelaine Montagner recuerda la visita a una empresa en que la mayor parte de la fuerza laboral está integrada por personas con discapacidad motora o intelectual, y se buscó la forma de generar condiciones para que todos pudieran hacer su mejor aporte a la empresa. El lema del fundador, allá por los ’70, fue «no es caridad, sino oportunidad”.

“Tienen tan clara la parte técnica que se centran en la cultura organizativa, cómo hacer que se sostengan en el tiempo empresas con más de 100 años y para eso se basan en el bienestar de las personas. El beneficio empresario no pasa sólo por maximizar ganancias sino por cómo contribuyen a devolverle a la sociedad lo que la sociedad les entrega”, sostiene Mauricio Giletta, quien reconoce: “Iba con una gran expectativa, pero lo que vi lo superó, para mí implicó un crecimiento personal importante, no solo para el liderazgo organizacional”.

Giletta no duda en calificar esa experiencia como “muy aplicable” a la realidad de su actividad en Córdoba: “Son muy aplicables y muy necesarias con las nuevas visiones de diversidades y personas jóvenes. Diversidad de pensamiento, no sólo de género, que garantiza seguridad psicológica, opinar sin miedo a ser señalado y fomenta estructuras de liderazgo horizontal”. 

“Agradezco a la Agencia Competitividad esta oportunidad y exhorto a que quien tenga la posibilidad de sumar esta experiencia, que lo haga”, concluye.

Para Pedro Arnoletto la beca le permitió apreciar lo que “generan conceptos básicos simples que muchas veces se pasan por alto, como por ejemplo apostar a que los trabajadores se sientan felices y satisfechos, una parte integral de la empresa, y cómo eso mejora la productividad”. 

Y agrega: “Allá un gerente está dispuesto a aprender de un empleado y a incorporar su experiencia”.

“Lo más importante que traigo como experiencia es que son un país muy distinto, pero con metodología y aplicación podemos seguir su ejemplo. Ellos no nacieron expertos en nada, lo hicieron con el tiempo y trabajo”, concluyó.

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